Las Piezas Maestras

Últimamente los indigentes y vagos ocupaban mi mente, los encuentro en todos lados, en los parques, en el metro, en avenidas, semáforos, banquetas, mercados, y poco a poco mi mente se ocupo en admirarlos, en desmenuzar su mente, su mirada, sus manos, y la integridad de la carne que portan, que habrá después de un baño?, y un corte de cabello, que pasa con su mirada después de tanta exposición a la corriente de la noche, al dictamen de los rayos del sol, a las bacterias desfilando en masas sobre su piel.

Además de que todos tienen sonrisas hermosas, dislocadas y fuera de clichés, de anuncio televisivo con gente maravillosa con sonrisas maravillosas, esas son sonrisas con fuerza y descabelladas, con dientes guerreros, sobrevivientes macizos, cuentas de collares prehispánicos, de muchas épocas, pinturas rupestres en movimiento.

Les admiro, me quedo como un felino observando quieto a su presa, encantado, suspendido, en su estructura ósea, en su vestimenta, que pareciera moda local entre todos ellos, y ellos creo descubren esa necesidad en mi, de enjuagarme de todo lo demás, de la gente, la televisión cíclica, los singles, la invasión visual, la música de los mercados, de el pan empaquetado en papel transparente brillante, semejante a perfecto, semejante a perfecto, a ISO nueve mil madres, a López Obrador, a las manifestaciones torpes y asoleadas, al lenguaje correcto, a las tablas nutricionales, a la sangre retratada y publicada en periódicos, a perfumes caros, a la música que ahora tanto se programa de los ochentas….al mal maquillaje de las niñas lindas… y mas y mas de todo esto… un panque con chispas de chocolate, muy americano?, un queso sintético muy comercial y tragado por el ochenta por ciento de la población, los remakes, que solo son síntoma de nostalgia colectiva, una plancha en vaivén despreocupado y mudo reprimiendo los caprichos naturales de la tela…creo detectan que me quiero unir a ellos, a dominar el mundo desde un punto estratégico e inteligentísimo que rompe con las lecciones estructuradas, desgastadas y monótonas que nos imprimen de ir siempre hacia arriba, de ver por encima de los demás, de escalar, de pisar para subir, ellos han elegido lo contrario, observar desde abajo, desde un punto nulo, donde se genera la corriente, donde esta la plataforma del movimiento y de todas las cosas sobre esta tierra. se observa diferente desde ahí, se nota mas el cielo, la figura humana de los demás, la carencia de salud en el caminar plástico de las “personas” lo he practicado, la demás gente es mas vulnerable cuando se les ve de abajo para arriba, los idiotas se detectan por que se sienten mejor al ver hacia abajo, disminuye su carencia de seguridad; nosotros trabajamos a diario para ellos, nos levantamos temprano, nos aseamos, nos rasuramos y desayunamos, y nos angustiamos por llegar temprano al trabajo, por ellos, les damos lo que les corresponde, la poca riqueza material que merecen los sabios, los que saben lo que vale cada cosa en el mundo, y saben el valor del tiempo, y el de la no rutina, rebosan por que saben el valor real de la comida, y saben que llegara tal vez al final del día, tal vez hasta mañana pero suficiente tener poco de tanto tesoro, que en cantidades abundantes deforma al ser humano hasta aniquilarlo silenciosamente, callan al cuerpo por costumbre, sometiéndolo como los angulares faquires, que también saben lo que se canta mas allá.

Le platique a mi novia mi admiración por ellos, mi plan para tener unas vacaciones, una semana, durmiendo en la calle, pidiendo limosna, viendo el mundo girar, ya he hecho simulacros, quince minutos, y la gente siempre es igual, marchantes muy valientes que si no se espantan, te ignoran, definitivo, no hay muchas que volteen a ver tu mirada, ella me pidió que me dejara de pendejadas, acepte que tenia razón, la bese, diciéndole que por eso le quería.